Crees que como entiendes el uno entenderás el dos. Pero olvidas que, para comprenderlo, también necesitarías conocer el ‘y’”
Proverbio Sufi (View Highlight)
Los seres humanos no somos genes, ni músculos, ni mitocondrias. Somos la interacción entre todos ellos. Se nos olvida que el mejor estímulo para mejorar una parte del organismo puede ser pernicioso para el conjunto. Si para la mejora de tus mitocondrias desatiendes tu trabajo, a medio plazo terminarás en un estado donde la falta de ingresos será más perniciosa para ti que ese aumento extra de condición física. (View Highlight)
El problema de estos estímulos modernos, como la abundancia de comida, las luces por la noche, el ruido o el estrés crónico, es que son estímulos para los que nuestros genes no han evolucionado y por tanto, cuando el organismo reacciona a ellos se desequilibra. He aquí la asimetría: si ingerir una dieta ligeramente hipocalórica de por vida no solo no te enferma sino que genera adaptaciones a ella y se asocia a mayor longevidad, ingerir una dieta ligeramente hipercalórica de por vida se asociará a enfermedad y menor esperanza de vida. (View Highlight)
El organismo es capaz de ir generando compensaciones para mantener su funcionamiento pese a ir acumulando daños a lo largo de nuestra vida hasta que, llegado a un punto crítico, estos daños percolan—se unen—y desestabilizan al organismo, haciendo que la enfermedad emerja de una forma abrupta e impredecible (no lineal). (View Highlight)
Las enfermedades degenerativas generalmente no son fallos orgánicos, sino procesos adaptativos en los cuales todo el camino hasta llegar al fallo orgánico tiene un sentido evolutivo. Por ejemplo, la hipertensión es una adaptación adecuada a un entorno que fundamentalmente te obliga a mantener una tensión alta—porque vives bajo una constante amenaza—. La insensibilidad a la insulina es una adaptación adecuada a un entorno dominado continuamente por altos niveles de glucosa. (View Highlight)
Pero cuando el estímulo al que nos intentamos adaptar está más allá de nuestras posibilidades genéticas de adaptación, aparecen los daños y, posteriormente, el fallo orgánico (enfermedad). (View Highlight)
La última gota en caer no fue la culpable del deslizamiento de tierra, el resfriado no fue la causa de la muerte del abuelo y el plato roto no fue la culpa de tu ataque de furia. Son procesos no lineales donde el sistema es capaz de ir compensando las perturbaciones hasta que estas llegan a un punto donde lo desequilibran de golpe. (View Highlight)
Por tanto, el éxito en el mundo moderno pasa por equilibrar los estímulos que nuestro cuerpo espera y a los cuales tiene mecanismos genéticos de adaptación, con una dosis de esos estímulos modernos que necesitamos realizar para tener éxito en esta sociedad pero que repetidos en exceso nos llevan al desequilibrio y la enfermedad. (View Highlight)
La fisiología de redes estudia las interrelaciones entre las distintas partes del organismo. En las siguientes ilustraciones puedes ver cada nodo de la red como si fuera un órgano, y cada línea como la interrelación que tiene con los demás. Cuanto más oscuro el nodo o la línea, mayor es su grado de activación. (View Highlight)
Cuando te ejercitas a ritmos ligeros, el organismo es capaz de soportar la tarea con pocas estructuras fisiológicas, lo que permite ahorrar recursos. Corriendo lento activas fibras lentas de los principales músculos involucrados en la zancada, consigues la mayor parte de energía a través de la oxidación de ácidos grasos y puedes seguir haciendo la digestión y otras funciones como escuchar mi podcast. (View Highlight)
Pero, conforme el esfuerzo aumenta (o lo mantienes en el tiempo), esas sinergias económicas son incapaces de sostener la tarea. Por ello, el organismo recluta cada vez más estructuras. Empiezas a utilizar nuevos músculos y generas compensaciones musculares para ser capaz de soportar el ritmo. Empiezas a usar más glucosa, e incluso las reservas de mioglobina o fosfocreatina. Si llegas a un punto extremo de fatiga, todo tu organismo colabora para que seas capaz de soportar la tarea: la digestión se paraliza, el sistema inmunitario se suspende y tu foco atencional es incapaz de tener espacio para otra cosa que no sea el esfuerzo. (View Highlight)
Así pues, conviene desaprender esa tendencia que tenemos a aislar lo que ocurre en unas partes del organismo respecto a otras, como si fueran estructuras independientes. Por supuesto que el cansancio mental va a disminuir tu rendimiento deportivo, del mismo modo que un exceso de fatiga física va a disminuir tu capacidad de concentración. (View Highlight)