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Highlights

  • Ando leyendo el “Abundance” de Ezra Klein y Derek Thompson (Amazon), en el que los autores argumentan que el progresismo estadounidense ha perdido la capacidad de construir las cosas que la sociedad necesita y desea, como vivienda asequible, energía verde e infraestructura. (View Highlight)
  • El libro surge de ideas previas de los autores, algunas de las cuales han aparecido en Causas y Azares pues hace muchos años que les sigo: “progresismo del lado de la oferta” y una “agenda de abundancia”, motivadas por la crisis de vivienda, los desafíos para implementar energía verde debido a bloqueos legales por parte de grupos ambientalistas y NIMBYs, y el contraste con la rápida capacidad de construcción de China. (View Highlight)
  • El punto que más me ha interesado de “Abundance” es que propone un cambio de enfoque: pasar de debates ideológicos (gobierno grande vs. pequeño, somos los que tienen objetivos nobles y buenos vs. los que no) y obsesión por los procesos, a centrarse en los resultados y la producción (construir más, independientemente de si es mediante desregulación o inversión pública, o ambas). Todo esto está esbozado en la entrevista que le hace Tyler Cowen a Klein (en inglés). (View Highlight)
  • Conforme me adentro en sus tesis, esta nueva forma de tecnocracia me resulta tan práctica a la hora de mejorar las condiciones materiales como carente de una raíz ideológica capaz de congregar al grupo. (View Highlight)
  • Las llamadas vocales de los bonobos comparten una característica inesperada de la comunicación humana, lo que sugiere que los componentes básicos del lenguaje se desarrollaron antes en nuestra historia evolutiva de lo que se pensaba. Los bonobos, el pariente más cercano de nuestra especie junto con los chimpancés, emiten ruidos que representan conceptos, como “correr” o “depredador”. Lo que los investigadores han descubierto es que los simios parecen utilizar un sonido para modificar el significado de otro. Por ejemplo, combinar los sonidos de “presta atención” y “estoy excitado” parecía equivalente a “préstame atención porque estoy en apuros”. Esta capacidad es clave en el lenguaje humano, pero nunca antes se había observado entre los animales. El hallazgo sugiere que las raíces del lenguaje existían hace al menos siete millones de años, cuando los bonobos y los humanos divergieron. BioTay en Twitter y Miguel Ángel Criado en El País. (View Highlight)