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Highlights

  • En realidad, no (ríe). Cuando decimos que alguien tiene mucha fuerza de voluntad estamos siendo imprecisos. Igual no la tienes para ir al gimnasio, pero sí para estar jugando muchas horas a un videojuego. La fuerza de voluntad se ha intentado conceptualizar muchas veces en psicología sin éxito. No es otra cosa que alguien que tiene la capacidad de demorar la recompensa de su conducta. Y no es una cualidad interna, sino algo aprendido. (View Highlight)
  • ¡Me encanta esta pregunta! En esa situación lo que pasa es que se da un proceso complejo con muchos reforzamientos y castigos implicados. Cuando empiezas a beber tienes un reforzador, que es fundamentalmente social. Al principio a casi nadie nos gusta el sabor del alcohol, pero adquieres el gusto. La gente lo refuerza, cuando bebemos estamos en un contexto positivo: con amigos, nos reímos. Y, además, nunca sabes si esa noche llegarás a emborracharte, ni si te sentará mal. Eso es un problema de tu yo del futuro. (View Highlight)
  • La resaca es el castigo a la conducta de beber, pero sucede mucho tiempo después de haber empezado a beber —y, en realidad, tiene mucho más que ver con cómo terminas de beber (ríe)—. Total, que decimos que no vamos a beber más, pero cuando nuestros amigos nos llaman para salir se reactivan todos estos condicionamientos. Hemos aprendido a decir que sí a salir porque la mayoría de veces nos lo pasamos bien. Si no, no saldríamos. A veces lo pasamos bien, otras pasa algo negativo, pero no lo sabes de antemano. Como pasa con las tragaperras. (View Highlight)
  • Exactamente. ¿Cuándo se produce una conducta libre? Cuando conoces qué es lo que controla nuestra conducta y reconoces las influencias. Hay quien dice que no hay que educar con premios y castigos, ¡pero si es imposible no hacerlo! Cuando le dices a un niño “buen trabajo”, le estás dando un premio; cuando le dices “esto está mal, tienes que repetirlo”, le estás dando un castigo. Solemos pensar que un castigo solo son palabras hirientes o dolor físico. (View Highlight)
  • Sí, pero no sólo eso. Efectivamente, dará la vara para recibir el móvil, pero además es que luego muchos padres se quejan de que el niño no sale o de que la pantalla le está generando un retraso en el lenguaje. No, lo que pasa es que para que el niño desarrolle el lenguaje tiene que practicarlo. Si el niño está con la tablet irá más lento, pero no por la pantalla en sí, sino porque hay una actividad que está interfiriendo, pero podría ser otra. (View Highlight)
  • Hay una parte importantísima cuando desarrollas un entrenamiento para que un niño aprenda, por ejemplo, a recoger la habitación: el desvanecimiento del refuerzo. Cuando la conducta ya es un hábito dejas de dar el premio, es cuando dices que al niño ya “le sale del alma”. Puedes darle fichas que se canjean por reforzadores cuando recoja su cuarto y a la vez decirle que se está mejor cuando el cuarto está ordenado, que así es más fácil encontrar los juguetes… El propio niño no necesitará tan a menudo un refuerzo para hacer estas tareas. En el fondo, ¿por qué nos gustan unas actividades más que otras? Porque entraste en contacto con ellas y estableciste asociaciones positivas y a base de practicar se reforzó la conducta. (View Highlight)
  • Bueno, lo valoras porque hay nuevos premios: la sensación de autonomía, de ser mayor… Esto lo da el propio entorno, pero al niño le pones en contacto con los premios que le das de manera deliberada. (View Highlight)
  • Que sean persistentes. Si trazas una regla, el niño va a probar hasta qué punto se cumple y si unas veces lo haces y otras no, aprende a insistir para tener su reforzador. Al principio de desarrollar programas de modificación de conducta, la consistencia es crítica. (View Highlight)
  • Sí. Una de las pautas que doy es que sean muy específicos con la conducta que quieren fomentar. No vale decir “quiero que se porte bien”, tienes que reforzar conductas como “quiero que recoja la ropa”. (View Highlight)
  • Sí, por ejemplo, las empresas de apuestas y juegos de azar. Es ridículo que recomienden el “juego responsable” cuando el juego, precisamente, usa estos procesos del aprendizaje, como el refuerzo intermitente, para que sea dificilísimo hacer un uso responsable de él. Te dicen que tienes elección, pero van a por tus estímulos. Los fundadores de las grandes empresas tecnológicas, como Instagram, se han formado para saber cómo hacer que la gente pase más tiempo usando sus aplicaciones. (View Highlight)
  • Hablar de adicción al móvil no tiene sentido. Lo que pasa es que mirar el móvil en cuestión de coste-efectividad es muy bajo, menor que, por ejemplo, leer un libro. Además, los móviles utilizan el refuerzo social: los ‘me gusta’ o los comentarios positivos son un reforzamiento extremadamente potente, somos muy sensibles a eso. Pero están saliendo trabajos que dicen que el efecto de las pantallas no es tan horrible como están diciendo. ¿Que las redes usan procesos para que pasemos más tiempo en ellas? Completamente cierto. ¿Que es necesariamente adictivo? No, se puede controlar. (View Highlight)
  • El refuerzo intermitente se da cuando se administran reforzamientos a una persona sin que esta lo prevea, pero no se puede saber cuáles serán. Un ejemplo clásico es la máquina tragaperras: sabes que si juegas mucho llegará la combinación ganadora, pero no sabes cuántas veces tendrás que jugar. Cuando una persona te contesta unas veces muy rápido y otras te deja en visto genera más atención, pero no adicción. (View Highlight)