El caso analiza cómo resolver un problema sin aparente solución: diseñar una estrategia para un negocio de productos y servicios para suicidas. El problema principal es cómo establecer una relación a largo plazo con un cliente cuando vendemos un producto que únicamente compra una vez en la vida. Si el cliente queda satisfecho, lo perdemos. Si no queda satisfecho, además de perderlo la rentabilidad no parece que vaya a ser muy positiva. Podría enfocarse inicialmente como un problema de fidelización. (View Highlight)
¿Qué problema quiere resolver alguien que se quiere suicidar? A primera vista pensaríamos que terminar con su vida y ya. Pero eso realmente es la solución que plantea, no el problema que le motiva a tomarla. Si lo vemos desde la perspectiva contraria, un suicida es una persona que tiene un problema (financiero, personal, médico…) y que llega a un punto en que la única solución que encuentra es terminar con su vida. Así que el ejercicio va de pensar de otro modo, de dar un paso atrás y volver al cliente, a su problema y a su necesidad. ¿Qué problema tiene nuestro cliente y por qué lo resuelve con nosotros? ¿Qué problema o necesidad le lleva a pensar que la única solución viable es terminar con todo? Esta es la pregunta que debemos responder. (View Highlight)
El caso más creativo que me propusieron consistía en privatizar un servicio público muy específico y cinematográfico. Ofertar a perseguidos por la justicia con mucho dinero la posibilidad de “desaparecer para siempre”. Rentabilidad altísima y relación con el cliente de por vida, para que no se sepa que su muerte fue falsa. (View Highlight)
Más presión personal y profesional en nuestras vidas en muchos sentidos, polarización a nivel político y social, estrés geopolítico (vale, guerras por todos lados), más soledad en mayores e incluso jóvenes, menos relaciones personales y más tiempos en medios digitales con un importante riesgo de encontrar conflictos o ataques (View Highlight)