La paradoja de Jevons se produce cuando el progreso tecnológico aumenta la eficiencia con la que se utiliza un recurso (reduciendo la cantidad necesaria para cualquier uso), pero la caída del coste de uso induce un aumento de la demanda suficiente para que el uso del recurso aumente, en lugar de reducirse. (View Highlight)
Los ejemplos clásicos: construyes más carreteras o carriles para descongestionar el tráfico; como resulta más cómodo y eficiente ir en coche, la gente lo utiliza más; finalmente vuelves al tráfico tan mal como al principio o peor. Otro: añades eficiencia energética para disminuir coste y emisiones; como resulta más barato utilizar esa energía, se tiende a adoptar la tecnología; el resultado es que pasamos de refrigerar pequeños cubículos para los alimentos a refrigerar edificios enteros. (View Highlight)
Un caso concreto y actual. Conforme la tecnología de extracción de petróleo y gas se hace más eficiente con tecnologías como el fracking, Estados Unidos aumenta su producción durante la presidencia Biden hasta niveles récord (varios en Reuters, Nicole Narea en Vox) a pesar de sus políticas hacia la transición energética. (View Highlight)
Esta paradoja se suele argumentar como hace Darío Pecador en El Diario en tesis del tipo “con el cambio climático y el desastre ecológico inminente, los teóricos avisan de que, a causa de la paradoja de Jevons, la única solución viable es la reducción del consumo”. Tim Hardford en FT (en inglés) por su parte añade matices importantes: como muchos otros países de occidente, en el Reino Unido, el consumo de energía y las emisiones de CO2 per cápita han disminuido significativamente. (View Highlight)
La eficiencia energética ha contribuido a esta disminución, pero sobre todo hay una línea de escape de la paradoja de Jevons: la transicción energética hacia fuentes energéticas libres de carbono no es sólo una cuestión de precio y eficiencia, se da también una sustitución que provoca que incluso en aumento del uso, haya menos externalidades negativas. Lo explica Noah Smith (en inglés). (View Highlight)
De fondo un debate que nos lleva acompañando los últimos años. El de si el cambio climático nos fuerza a una mentalidad de escasez (recursos finitos, debemos disminuir en consumo, población) o si con innovación tecnológica podemos mantener una mentalidad de abundancia (desarrollismo, mayor población, mejora de las condiciones materiales de más personas que consumirían más). (View Highlight)
Es bien sabido que los hombres llevamos casi siempre mal el declive asociado a la edad: la pérdida de musculatura o la menor libido - en el sentido sexual y el de energía vital - que pueden derivar en menor confianza y autoestima. A la búsqueda de mitigar esta decadencia se están usando cada vez más “la “terapia de reemplazo de testosterona”. Lo cuenta Andrew Zaleski en GQ (en español), que lanza el cebo “¿Se preguntan por qué los viejos ricos se ven un poco más musculosos en estos días?” (View Highlight)
Prefiero la cobertura de Marcos Vázquez y del doctor Hernández a los enfoques que me he ido cruzando en medios que suelen basarse en un periodista recién aterrizado en el tema que sale a la búsqueda de uno o dos testimonios para meter miedo. La pieza de los doctores Ángel Durántez e Iván Moreno en Alimente los refuta y se centra en la evidencia. (View Highlight)
El consenso de los que están especializados en la investigación y tratamiento de esta hormona es que merece mucho la pena mantener altos niveles de la misma conforme envejecemos porque una menor producción de testosterona se asocia con el deterioro físico, metabólico y anímico. El déficit de testosterona en los adultos se da de manera natural entre los 35-40 años como consecuencia del estrés, niveles elevados de cortisol, y por causa de síndromes metabólicos. También en mujeres los bajos niveles de esta hormona tienen efectos: sarcopenia y menor estabilidad emocional. (View Highlight)
En la gran mayoría de casos el mantener un buen nivel se consigue con descanso, dieta, ejercicio y quizás ayuda de algún suplemento. Añadir testosterona exógena al organismo es otro escenario diferente, sólo planteable en casos clínicos, bajo supervisión médica. Hormonarse es un asunto serio. (View Highlight)
Pero los que protagonizan estas protestas no necesitan ser mayoría. Me he acordado de la tesis de Taleb, lo que “el más intolerante gana” que se puede leer en Medium en inglés, con una traducción al español que no he revisado en Tercera Cultura. Cito de esta última “Todo el crecimiento de la sociedad, sea económico o moral, viene de un pequeño número de gente. La sociedad no evoluciona a partir del consenso, del voto, la mayoría, los comités, las reuniones ampulosas, las conferencias académicas y los colegios electorales: bastan unas pocas personas para mover desproporcionadamente la aguja” (View Highlight)
En su artículo sobre por qué Gran Bretaña es el peor país del mundo en cuanto a personas sin hogar en FT (en inglés), John Burn-Murdoch nos deja algunos datos que también ilustran los problemas de España con el precio de la vivienda. De los países desarrollados somos el segundo que menos construye por tamaño de población. (View Highlight)
Japón, entrar en prisión para sobrevivir: cada año 5.000 jubilados roban para tener comida, techo y atención médica. Los centros penitenciarios nipones se están llenando de ancianos; la mitad de los robos los cometen mayores de 65 años. Fátima Hernández Rodríguez en Rtve. (View Highlight)
Civio y Marcos Merino en Genbeta: La Audiencia Nacional da la razón al gobierno y vuelve a rechazar abrir el código fuente del programa que decide quién recibe el bono social. (View Highlight)